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El papa Francisco canonizará a inicios de 2024 a la beata argentina María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula. Se convertirá en santa con una ceremonia en la plaza San Pedro luego de la aprobación de un milagro atribuido a su intercesión.

Mama Antula, también conocida como la beata de los Ejercicios Espirituales, había sido beatificada en 2016 en Santiago del Estero. El Papa autorizó la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador. La mujer habría recuperado la salud en 1904 por intercesión de la fundadora y madre espiritual de esta congregación.

En ese entonces se trató de una cura sin explicación médica a la hermana Rosa Vanina, una religiosa del instituto de las Hijas del Divino Salvador. De acuerdo a la documentación que consta en la causa de canonización, se trató de una colecistitis aguda, con todos los síntomas del shock séptico. En aquella época, sin antibióticos, era mortal. Sin embargo, la hermana Rosa se recuperó rápidamente. Prueba que consideró el Vaticano para anunciarlo como un milagro.

En 2010, Benedicto XVI dió el primer paso hacia la beatificación de Mama Antula al considerarla “venerable”, ya que “practicó las virtudes cristianas en grado heroico”.

Mama Antula falleció el 7 de marzo de 1799, y sus restos descansan en la actualidad en la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad, de la ciudad de Buenos Aires. En octubre de 2014, el gobierno nacional declaró a la tumba de Mama Antula como Sepulcro Histórico Nacional.

La Agencia Informativa Católica de Argentina (AICA) destacó que “en los albores de la Patria una mujer laica, vestida con ropa de varón (un hábito jesuita), puso en valor la dignidad femenina. En épocas en las que las mujeres vivían para ser madres o para ser monjas, no leían ni escribían. Les estaba vedada toda actuación social independiente respecto de un hombre”.

“La futura santa desafió así las convenciones de la sociedad colonial y tuvo una influencia crucial y postrera en el clima independentista de mayo de 1810”, añadió la agencia católica.

Mama Altuna -un diminutivo de Madre Antonia- es el nombre que le dio la población quechua, lengua que ella hablaba.

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