
Macri terminó de definir su estrategia el viernes a las diez de la mañana. Ese día se reunió con Horacio Rodríguez Larreta para pactar las condiciones de su determinación. Ni los dirigentes del PRO ni el periodismo habían podido averiguar donde era la cita.
La charla duró una hora. Ni un minuto más. Un encuentro breve para la magnitud de lo mucho que estaba en juego. Pero, evidentemente, los dos se habían comunicado antes a través de las múltiples vías que ofrece hoy la tecnología y solo tenían que chequear personalmente las premisas de un acuerdo básico que pasó ahora a la etapa de los detalles secundarios. Detalles importantes que, indudablemente, todavía están en condiciones de hacer naufragar la interna de Juntos por el Cambio y poner en riesgo sus chances reales de volver a gobernar la Argentina.