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Uno de los temas que se coló en la agenda económica de los últimos días es la emisión de billetes de mayor denominación. El de 1.000 pesos apenas equivale a USD 2,71 si se tiene en cuenta la cotización de $369 a la que cerró la semana el dólar “blue”.

El Ministerio de Economía estaría así decidido a romper un tabú kirchnerista y emitir billetes de mayor denominación, que podría llegar a 5.000 ó incluso a 10.000. La oportunidad será el cambio de timón en la Casa de la Moneda.

El martes asume el nuevo titular de la institución, Ángel Mario Elettore, y el miércoles se reunirá con el ministro Sergio Massa. Luego de lo cual podría haber un anuncio para borrar uno de los insólitos postulados de los gobiernos kirchneristas, que hasta ahora no había osado cuestionar el presidente Alberto Fernández: que emitir billetes de mayor denominación incentivaría la inflación, a pesar de los enormes costos que genera para el propio BCRA, las empresas e incluso el medio ambiente por la necesidad de transportar una cantidad de billetes cada vez más grande.

Desde que fue emitido hace poco más de 5 años el billete de $1.000 ya perdió más del 90% de su poder adquisitivo. Actualmente, tiene un valor, siempre teniendo en cuenta la cotización del dólar libre, que en algunas ciudades de EEUU no alcanzaría para pagar un billete de colectivo o que, como posteó el miércoles pasado un tuitero, no alcanza a comprar un yogur con cereales en un negocio de la Costa Atla.

Las cámaras del sector bancario, sin embargo, hace rato reclamaban por los elevados costos logísticos originados por operar con billetes de baja denominación. Por otra parte, se criticaba que la Casa de la Moneda desarrollara líneas de trabajo alejadas de su objeto central, además del hecho de que gran parte de los billetes que el Banco Central puso en la calle este año se produjeron en el exterior. Por eso, Economía venía reprochando la demora en poner en marcha la producción de nuevos billetes. En ese contexto, las quejas de los bancos sobre los costos de movilizar enormes cantidades de papel encontraron oídos oficiales más abiertos .

Según fuentes del sector, el pedido de las entidades es que se emitan billetes de $5.000 y $10.000 y que además se saquen de circulación a los de menor denominación, porque de no hacerse el problema logístico seguiría vigente.

La Argentina ya alcanzó un triste récord: en un relevamiento entre 13 países de la región, su billete de mayor denominación es el que menos valor tiene medido en dólares. El papel de 1.000 pesos con la imagen del hornero es el que tiene un poder de compra más limitado en todo América.

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