
El vuelo 571 de la Fuerza Aérea de Uruguay con 45 personas a bordo, entre ellos el equipo uruguayo de rugby del Old Christians, se estrella en un risco de la cordillera de los Andes en la provincia de Mendoza cuando viajaba hacia Chile. El siniestro causó 29 muertos mientras que 16 pasajeros sobrevivieron a duras penas hasta que fueron rescatados, en diciembre de 1972.
Dos de los pasajeros que iban en el avión uruguayo que se estrelló hace 50 años en la cordillera de los Andes, aseguran que la historia de su supervivencia de 72 días en medio de los picos más altos y con temperaturas de 40 grados bajo cero, ya no les pertenece de manera individual porque “es una historia del ser humano”.
“Yo la viví pero no soy protagonista porque ya no es nuestra, es una historia del ser humano”, dijo a Télam Gustavo Zerbino, quien a sus 19 años tomó el fatídico vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya fletado por el equipo de rugby amateur al que pertenecía para disputar un amistoso en Santiago de Chile.
Otro sobreviviente, Carlos Páez (hijo), explicó que ni los 16 rescatados con vida de los restos del fuselaje ni las familias de las 29 personas que perecieron en el Glaciar de las Lágrimas querían inicialmente que el sitio de la tragedia “terminara siendo un lugar turístico, por eso se quemaron los restos del avión”.